
La escultura debe su individualidad como arte, a obras que requieren de un tipo especial de sensibilidad: la sensación de la superficie, la percepción del volumen y el logro de una síntesis de la masa.
En el caso de la escultura en madera, estamos frente a un material delicado si lo comparamos con la consistencia y perdurabilidad de la piedra o el fierro. Siento por la madera una gran afinidad. Me comunico con ella de una manera fluida pues la encuentro dócil y cálida en su expresión.
Mi propuesta se amplió a otros materiales en el transcurso de los años, en mi búsqueda de nuevos códigos de expresión. Me he sentido cómoda en el dibujo, el collage y también en la cerámica, materiales que me han llevado al descubrimiento de nuevos símbolos de armonía. Asimismo estos materiales me han permitido la utilización del color, elemento que permite añadir un acento lúdico en las formas.
La escultura es un instrumento de conocimiento de las leyes que rigen nuestras vidas. El trabajo escultórico reivindica a la persona que lo hace o lo aprecia. tanto en su dimensión particular como universal, develando los misterios en los que está inmersa la vida.